viernes, 3 de abril de 2009

Contigo siempre tuve miedo a equivocarme
y me equivoqué.

Veo cómo el mar arde
sus burbujas borrosas entran por los huecos de la casa, pareciera la selva azul evaporada.
Debajo de la masa marina está tu nombre,
tu presencia ahogada, el mar con sus miles de ojos, colas y mantarayas transparentes.

Contigo siempre tuve miedo a equivocarme
y me equivoqué.

La franja naranja de ese atardecer embellece mi memoria y la hiere,
ya de noche cuando el mar se ha quemado por completo
se abre el portal de luna y siento el deseo inherente de partir.

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